Como veterinario que soy, trato dientes con más frecuencia de la que me gustaría, ya que, desafortunadamente, no existen dentistas para animales.
Las personas las dejo para el dentista -sólo me inmiscuyo en la terapia en lo relacionado con la sustancia fina, a través de los
meridianos internos.
Los
meridianos externos son más conocidos, porque uno se topa continuamente con ellos en carteles o muñecos de acupuntura. Los meridianos, no obstante, no terminan en
el último punto de acupuntura, sino que desde ahí penetran en el cuerpo y discurren por él hasta regresar al primer punto de acupuntura. Tiene que haber un circuito para que pueda fluir la energía -en línea recta no sería posible.
En su recorrido por el cuerpo, todos los meridianos pasan por los dientes. En el caso de un dolor dental difuso, que no requiere ninguna intervención por parte del dentista, conecto
el módulo dental y dejo que averigüe qué meridiano tiene que fortalecerse y con qué información curativa (homeopatía, nosodes, flores de Bach, etc.), para no seguir sobrecargando el diente afectado y, así, dar a las fuerzas autocurativas del diente la posibilidad de resolver el problema por sí mismas.
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